Arriba, de izquierda a derecha, Antonio Santos, Ángela y Pedro Arrom; abajo, Borja Elías, Juan Carlos Campuzano y Paula Oliver. | F.F.

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Opiniones encontradas, pero especialmente muchas quejas por el servicio que ofrecen los taxis en Palma es lo que traslada la calle tras conocer a través de Última Hora la intención del colectivo de solicitar a Cort un aumento de las tarifas para equipararse así a otras ciudades de España. Una encuesta entre ciudadanos de diferentes grupos de edad y perfiles muestra a su vez una dosis de comprensión apoyada en el aumento global de coste de la vida, incluso proponen soluciones o planes alternativos para estimular a los residentes a utilizar este medio de transporte público.

«Lo claro es que el taxi se debe replantear», asegura Borja Elías, un joven palmesano que apuesta «por el transporte público, pero cuando deja de serlo la cosa cambia». Y entiende esa petición de elevar las tarifas y precios por parte del sector «porque todo sube, el coste de la vida se ha disparado y ellos no están exentos de ello, pero vivir en Mallorca ya es de por sí carísimo y creo que la gran mayoría lo sufrimos en primera persona», refiere ante la concurrida parada de la Plaça España.

No parece muy satisfecha con esa propuesta ni con el servicio ofrecido por los taxis de Palma Ángela, una ciudadana que lamenta que «siempre seamos los mismos los que sufrimos todos estos aumentos de precios y costes... Los sueldos bajan o se congelan, pero los precios no paran de subir y aquí hablamos de un transporte que es público, aunque muchas veces sea imposible acceder a un taxi». De la misma manera, plantea la posibilidad de crear «una tarifa especial para los palmesanos para que se les anime así a utilizar este medio de transporte».

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En ese tono crítico se mantiene Juan Carlos Campuzano, quien reclama que «si suben las tarifas, espero que también estén disponibles los 365 días del año, porque en verano es imposible coger un taxi; o no contestan al teléfono o cuando te ven, no te cogen», exclama. Por ello, pide que «si aumentan los precios, sea mayor también la calidad y atención al cliente», tildando de «malo» el servicio. Donde sí muestra empatía es con el aumento del coste de la vida, «pero para todos por igual. Yo también pago impuestos, gasolina, seguros y demás...», espeta.

Antonio Santos es otro palmesano disconforme con el servicio de los taxis en Palma, «para nada acorde al precio que tienen», lo que para ellos aleja a los clientes de este transporte. «Si el servicio es bueno, lo pagas a gusto, pero no según qué cantidades y, además, cuando aquí no es el caso concretamente», señala.

Un joven acostumbrado a moverse con transporte público por Palma es Pedro Arrom, quien asegura que «la sociedad tiene la percepción de que los precios son altos ya de por sí», pudiendo ser «inasumibles si los subes más todavía» en algunos casos. Comprende las intenciones del sector del taxi «porque todo sube y están en su derecho», aunque también recuerda que las nuevas generaciones «tiene más cultura de transporte público y acceso a él, por lo que se mueven con más soltura, buscando alternativas a otro menos asequible como es el taxi», añade.

Por su parte, Paula Oliver tiene una opinión muy clara sobre esta propuesta del gremio del taxi. «No me parece bien porque ya es un servicio bastante caro de por sí y, además, en verano está saturado y resulta complicado poder subirse a un taxi», y aunque sabe que responde al aumento de precios y del coste de la vida, «estando en su derecho», recuerda que «aquí, en ocasiones y hasta no hace mucho, no podíamos elegir otra cosa o alternativa, como sí pasaba en otras provincias», reseña esta residente.