La Plaza del Obispo Berenguer, conocida popularmente como la Plaza de los Patines. | Pilar Pellicer

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La Plaza de los Patines, ubicada en el corazón de la barriada homónima, es un espacio muy utilizado tanto por residentes como visitantes. Aunque su nombre oficial es Plaza del Obispo Berenguer de Palou, es conocida popularmente por albergar una pista de patinaje, que fue inaugurada el 20 de junio de 1954 con un partido de hockey sobre patines entre los equipos de Baleares y Uruguay. Además de la pista, la plaza cuenta con una zona de juegos, un espacio deportivo, un área ajardinada y acoge el mercado ecológico que se celebra los martes y sábados. Bajo la plaza, también se ubica un parking. Todo esto lleva a una alta frecuencia de uso, algo que ha llevado a la Associació de Veïns Porta de Santa Margalida a solicitar un mayor mantenimiento por parte de las autoridades.

En concreto, los vecinos solicitan «más limpieza y más luz» en la plaza. Según Pedrona Serra, presidenta de la asociación, las farolas no proporcionan suficiente iluminación, muchas no funcionan y, con el cambio de hora, el parque «queda en penumbra» al anochecer, impidiendo que los niños jueguen y las personas socialicen. Relacionado con la iluminación, la agrupación vecinal denuncia que en la Plaza de los Patines «no llega la Navidad», ya que carece de decoración festiva. A esto se suma la falta de civismo de algunos usuarios, que abandona latas, plásticos y colillas debajo de los bancos, lo que empeora el estado del espacio. En respuesta, proponen la instalación de más papeleras, ya que como agrupación trabajan de manera resolutiva y consideran que cada problema representa una oportunidad para mejorar.

Vecinas de la asociación
Las vecinas Sofía Mayans, Beatriu Solivellas, Dolça Feliu, Pedrona Serra y Pilar Garaña.
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Este es el único espacio al aire libre disponible para los habitantes del barrio, y dado su creciente saturación, los vecinos proponen abrir el patio del Colegio Aina Moll y Marqués en las tardes y los fines de semana. Esta medida, que el Ayuntamiento ya ha implementado en otros barrios de Palma, sería una solución para su escasez de espacios de recreo. «Consideramos que tanto el patio como el barrio cumplen totalmente con los requisitos, ya que puede abrir a la ciudadanía por las tardes», asegura un vecino de la asociación.

La calle entre la plaza y el colegio Aina Moll y Marqués
El tramo entre el colegio y la plaza que los vecinos proponen peatonalizar.

Asimismo, los vecinos de Porta de Santa Margalida proponen peatonalizar la calle que conecta la plaza con el colegio, con el objetivo de mejorar la seguridad y la calidad del espacio. «Sería un alivio que se desviara el carril bici y la circulación de los coches», cuenta una vecina. De esta manera, su propuesta consiste en darle una continuidad al parque y garantizar un entorno más seguro. «Si analizas la circulación de las calles cercanas, compruebas que no es una calle indispensable para el tráfico», añade otro vecino. El tránsito de patinetes y bicicletas también supone un riesgo «especialmente para niños y personas mayores» en la calle paralela, Olmos. «Debido a la pendiente, alcanzan una velocidad muy peligrosa, y además está prohibido por la normativa municipal», matiza. Su sugerencia consiste en implementar una vigilancia más efectiva que garantice la seguridad.

Ante el deterioro del edificio de la Antigua Dirección General de Salud Pública, situado en la manzana de las calles Cecili Metel, Pere Dezcallar i Net, Joan Lluís Estelrich y Font i Monteros, los vecinos proponen convertir la planta baja en un espacio útil para la comunidad, este podría convertirse en un casal de barrio, un centro de salud o un espacio cultural. Aunque esta solicitud ya ha sido planteada anteriormente, no ha sido posible debido a que el edificio no está bajo la gestión del Ayuntamiento. Sin embargo, los residentes siguen abogando por su rehabilitación y aprovechamiento para mejorar el barrio.