El alcalde, durante el discurso de l'Estendard. | Jaume Morey

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El alcalde de Palma, Jaime Martínez, ha insistido este martes en su «apuesta inequívoca de convertir Palma en un territorio de referencia» dentro de su discurso por la Festa de l'Estendard; una intervención de 36 minutos donde ha hecho un exhaustivo repaso al programa de actuación de su equipo de gobierno, recordando proyectos como la transformación del edificio de Gesa, el jardín botánico o las mejoras en limpieza y seguridad ciudadana.

El parlamento del primer edil arrancaba con un tono institucional recordando cómo la Festa de l'Estendard conmemora la llegada de las tropas del Rei en Jaume a Madina Mayurqa en 1229. Los retos que tuvo que afrontar el Conqueridor servían para entroncar con la diversidad actual y lanzar llamadas a la concordia y la responsabilidad: «Gobernar implica buscar el bien común, más allá de individualismos o personalismos».

En este sentido, Martínez ha defendido que «como institución más cercana a los ciudadanos, el Ayuntamiento de Palma debe aspirar a ser de todos, la administración donde cualquier residente encuentre la respuesta a sus necesidades» con «diligencia, rapidez y eficacia». De esta manera insistía en que «sólo desde el acuerdo, y no desde la divergencia gratuita y estéril, es posible la transformación de nuestra ciudad».

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A partir de ese punto, el alcalde ha remitido a la «valentía y ambición» de los primeros ciudadanos de Mallorca para hablar de sus presupuestos para 2025. Un bloque que comenzaba con una alusión a la polémica por la eliminación del servicio de atención a la violencia machista desde la Policía Local, una supresión rectificada posteriormente mediante una autoenmienda del PP a los presupuestos. «A estas víctimas, precisamente, les quiero hacer llegar un mensaje muy nítido y muy claro: el Ajuntament que tengo el honor de presidir siempre estará a su lado. Quien diga lo contrario, simplemente miente».

Después Martínez ha continuado repasando medidas como el aumento de plazas de Policía o en limpieza. Pese a su alegato inicial más conciliador, deslizaba críticas a la oposición, como la alusión «el deshonor de que Palma fuera considerada la ciudad más sucia de España en 2023» o la acusación de que la administración municipal anterior se quedó «de brazos cruzados» ante el problema de la vivienda. También ha vuelto a cargar contra la infrafinanciación de la gratuidad del transporte público, una medida «totalmente improvisada, unilateral» y «sin haber pagado ni un solo euro» del ejercicio 2024.

Paralelamente, ha resaltado, entre otros proyectos, la candidatura de Palma para ser Capital Europea de la Cultura en 2031, adelantando «la organización de grandes eventos que atraigan hasta nuestra ciudad a los creadores más prestigiosos del panorama artístico actual». Un proyecto en el que el antiguo edificio de Gesa será «la imagen cultural de Palma». En la misma línea ha reivindicado que «Palma precisa obtener más financiación proveniente de las partidas destinadas a proyectos y actuaciones enmarcados en las grandes ciudades, al igual que necesita llevar adelante la declaración como zonas maduras de puntos neurálgicos de la ciudad, como son Playa de Palma, Cala Major y Paseo Marítimo».