Ni en París ni en Roma: La calle más romántica está en Palma y esconde una trágica historia de amor

Para conocer su origen, debemos remontarnos a la Palma del siglo XIV, una ciudad en la que convivían cristianos, judíos y musulmanes. En aquella época, dos adinerados judíos, Moshé Faquim y Magaluf Natjar, eran vecinos y rivales. Ambos eran hombres poderosos, pero con vidas muy distintas: mientras que Faquim era soltero, Natjar estaba casado con una hermosa mujer.

La leyenda cuenta que Faquim se enamoró perdidamente de la esposa de Natjar. Este amor prohibido lo llevó a construir una alta torre en su casa con el único propósito de contemplar la habitación de su amada. La torre se convirtió en el símbolo de su pasión, pero también en el origen de una profunda enemistad entre los dos hombres. Natjar, humillado y furioso, no soportó la situación y exigió al rey Pere IV que ordenara derribar la torre. El monarca accedió a su petición y la torre fue demolida, pero el amor entre Faquim y la esposa de Natjar ya había dejado una huella imborrable en la ciudad.

A pesar de que esta versión de la historia es la más extendía, también existen otras versiones. Otra de las más populares es que la mujer de Natjar se enamoró de Faquim, dieron rienda suelta al objeto de su pasión, provocando todo un escándalo en la comunidad judía. Cansado de no poder ver a su amada, Faquim construyó la torre en su casa desde la cual contemplar a la mujer.

La calle de la Torre de l'Amor es un testimonio mudo de esta historia. A pesar de que la torre ya no existe, su recuerdo perdura en el nombre de la calle y en la memoria de los palmesanos. Hoy en día, la calle es un lugar tranquilo y pintoresco del centro que esconde una historia desconocida para muchos.