Todos los grupos políticos que asistieron a la sesión plenaria
celebrada ayer en Pollença votaron a favor de llevar a cabo el
proyecto alternativo elaborado por el arquitecto municipal para
reformar la Plaça Major, que elimina la rampa y vuelve a poner
escaleras, aunque no en la misma disposición que las que había
habido hasta ahora. Al pleno no asistió el único representante de
UM, Guillem Matheu, ni los concejales del PP Jaume Juan y Antònia
Cifre. Por otra parte, sólo dos grupos políticos, INPI y PSM,
explicaron las razones de su voto.
Con esta decisión unánime, los partidos políticos desoyeron las
reivindicaciones de la Plataforma Pro Escala, que solicitaba
mantener el carácter tradicional de la plaza, es decir, las mismas
escaleras, el mismo mobiliario y el mismo alzado.
Uno de los integrantes de la plataforma, una vez levantada la
sesión, hizo lectura de un manifiesto titulado «Fora rampa, la
grada no ens agrada, la plaça tal com era». En este escrito
denunciaban el «desinterés, el pasotismo y el oscurantismo de la
mayoría de políticos, que se han obstinado en proponer soluciones
sin tener en cuenta a un sector considerable de la población». Esta
intervención fue interrumpida en varias ocasiones por los aplausos
de los asistentes que quedaron en la sala después del pleno con el
fin de convencer a sus representantes políticos de que debían
reconsiderar la postura que habían adoptado minutos antes al
aprobar del proyecto de reforma de Carbonero.
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