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Cualquier modificación que se pretenda hacer en los presupuestos que ayer se aprobaron con los votos del PP y de UM deberá ser discutida por el pleno. Esta era una de las exigencias del único concejal de UM en el Consistorio de Alcúdia, Miquel Ferrer, para apoyar al equipo de gobierno del PP en la aprobación de los presupuestos del Ajuntament, el de los patronatos de Deportes, Música y Radio, y el de la Empresa Municipal de Sanejament (EMSA), que, en total, ascienden a 4.500 millones de pesetas.

Incluso antes de pasarse a votación los presupuestos, el concejal Miquel Ferrer consiguió que se modificase otra de las bases de ejecución. Ferrer propuso que si sobraba alguna cantidad de un préstamo destinado a una inversión, que la decisión de dónde se tenía que invertir este excedente no fuese únicamente del alcalde, mediante un decreto, sino del pleno.

El alcalde Miquel Ramis (PP) manifestó que los presupuestos aprobados «son fruto del consenso», y que «las exigencias de Ferrer restarán flexibilidad, pero en cambio se ganará en transparencia».

El portavoz del PSOE, Antoni Alemany, argumentó el voto contrario de su grupo a la aprobación de presupuestos afirmando que «es un presupuesto peligroso, ya que se basa en años de bonanza económica».