Las elecciones han sido, según el Institut Balear de Sanejament
(Ibasan) que depende del Govern, la causa por la que las aguas
residuales de la Cala Sant Vicenç, este verano, seguirán
vertiéndose en el mar.
Según el gerente del Ibasan, Gabriel de Juan, el proceso
electoral ha retrasado los trámites de expropiación de un trozo de
terreno por donde debe pasar la red de alcantarillado que permitirá
la conexión de la red de aguas residuales con la depuradora de
Pollença.
El pasado mes de marzo desde Ibasan se aseguraba que después de
las fiestas de Semana Santa todo quedaría dispuesto para proceder a
la conexión, ya que se había llegado a un acuerdo con el Ajuntament
y los propietarios para poder canalizar el último tramo que
facilitaría la conexión de las aguas residuales de la Cala Sant
Vicenç con la depuradora de Pollença.
El mismo alcalde de Pollença en funciones, Miquel Oliver, se
extrañaba ayer de los problemas citados por Ibasan: «No sé qué
problemas puede tener Ibasan pues ya se había llegado a un acuerdo
con los propietarios de los terrenos para que, a cambio, de dejar
pasar la red de alcantarillado podrían conectarse de forma
gratuita».
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