La sala de sesiones del Ajuntament de Manacor, abarrotada de
público y sin un solo aparato de ventilación, fue el escenario de
la sesión de investidura del nuevo alcalde. La sesión que se
caracterizó por lo caldeado del ambiente y el máximo respeto a la
democracia. Gabriel Gibanel (PP) e Isabel Febrer (PP) fueron los
presidentes de la mesa. Acto seguido se procedió a la toma de
posesión de los cargos por parte de los 21 ediles, quienes
prometieron o juraron sus cargos.
Una vez constituido el nuevo Consistorio se procedió a la
elección de alcalde. El Partido Popular propuso a Catalina Sureda
como candidata a la Alcadía; mientras Unió de Convergències
proponía a su candidato, Antoni Frau, como alcalde.
Los once ediles de PSM, PSOE, AIPC y ALM propusieron y votaron
al único edil de ALM, Miquel Riera Servera.
Tras la votación en la que se proclamó a Miquel Riera como alcalde,
el numeroso público asistente se levantó "al igual que todos los
ediles" aplaudiendo con fuerza el nombramiento. El nuevo alcalde
recibió la vara de mando del edil de mayor edad, Gabriel Gibanel, y
procedió a ocupar su asiento. Posteriormente cedió la palabra a
Antoni Frau (Unió de Convergències), quien manifestó que aunque ni
él ni su partido estaban de acuerdo con la decisión de la mayoría,
la respetarían por ser una decisión democrática.
Catalina Sureda, candidata a la Alcaldía por el PP, manifestó su
desacuerdo y el de su partido, por el hecho de que el alcalde
perteneciera al partido menos votado, pero afirmó que «todos los
partidos tenemos que luchar por la democracia» y dejó claro que
efectuarán una oposición constructiva.
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