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La presidenta del PSIB-PSOE accedió ayer por tercera vez a la presidencia del Ajuntament de Calvià y para ello no necesitó recurrir a terceros, como sucedió hace cuatro años, pues la amplia mayoría que le otorgaron las urnas le permitirá «acometer cuatro años de trabajo sosegado y tranquilo», según las palabras utilizadas ayer por el portavoz del grupo municipal socialista, Manel Suárez.

La nueva Corporación de Calvià echó a andar con una baja en las filas populares, pues el «número 7», Miguel Àngel Cano, ha decidido no acreditarse, dejando su puesto al «número 9» de la lista popular, Rafael Garau, que al ser el miembro más joven del Consistorio conformó la mesa constituyente junto al edil socialista Antoni García Salvador y el secretario.

Margarita Nájera realizó un parlamento institucional, que en sus primeros minutos fue pronunciado en catalán. La batlessa de los próximos cuatro años abogó por «respetar todas las opciones» y «defender los intereses generales del municipio». La batlessa dijo que «la ética debe predominar» y prolongó su discurso hacia los empresarios «que creyeron que se podría hacer una política de tierra quemada», pero que ha fracasado porque la inmensa mayoría de los anteriores concejales, de todos los colores, han convertido «Calvià en un municipio modélico».

En el turno de los portavoces, Pere Cantarero (PP) ofreció «voluntad de consenso» e interés en «evitar la crispación en la vida política». El líder popular también prometió que su grupo «combatirá el despilfarro y exigirá transparencia». Por su parte, Isidre Canyelles (UM) se comprometió a realizar una oposición «leal, flexible y tolerante con todas las propuestas que estén bien explicadas».

El portavoz socialista, Manel Suárez, argumentó que el grupo socialista desarrollará un trabajo «sosegado y tranquilo», derivado del hecho de tener una cómoda mayoría, y se comprometió a ejecutar las iniciativas de la Agenda Local 21 con especial preocupación por los jóvenes y el medio ambiente.