El reciente descubrimiento de una cueva acuática en la Bahía de
Alcúdia ha despertado el interés en la Isla sobre estas cavidades
de gran belleza natural. De hecho, en los últimos años ha habido
varios descubrimientos de cuevas con lagos de agua salobre. En
diciembre de 1998 se descubrió una cueva subacuática de 2'2
kilómetros en Felanitx.
El año anterior, a mediados de 1997, se descubrió una cueva en
Cala Pi con un interés científico extraordinario. Los expertos
también destacaron la espectacularidad de esta cueva, repleta de
estalactitas y estalagmitas formadas durante millones de años y la
rareza de las especies que habitan a pocos metros de un lugar de
donde cientos de turistas pasan sus vacaciones.
La protección de estas cuevas para evitar «visitas inoportunas»
que perturben el frágil ecosistema cavernícola, ha sido una de las
preocupaciones del servicio de Biodiversidad.
De momento, la protección de las cuevas es puramente física. De
hecho, en el caso de Cala Pi, la cueva permanece cerrada y el
acceso está restringido a científicos. Medi Ambient estaba
pendiente de resolver la protección de la misma cuando se hubiesen
realizado los estudios pertinentes sobre el valor científico,
informe que ya ha elaborado la Federación de Espeleología y que
desde el pasado mes de mayo lo tiene la Direcció General de Medi
Ambient.
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