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INÉS BONET Cincuenta y cuatro carrozas desfilaron ayer por las calles de Binisallem con motivo de la XXXV fiesta des Vermar. A las cinco de la tarde las carrozas concursantes iniciaron el recorrido, que se prolongó hasta las ocho de la noche.

El punto culminante del desfile fue la plaza Mayor donde se concentraba la gente, el vino y las ganas de disfrutar un año más con las escenificaciones. La mayoría de las carrozas reflejaban lo que representa la vendimia para la gente de la comarca visto de diferentes perspectivas.

Otras carrozas fueron más sarcásticas como la que simbolizaba la llegada de los Reyes Magos para ir a la vendimia. Incluso una representaba el campo de fútbol de Binissalem pero con césped, refiriéndose a la polémica política que ha generado su posible siembra. En este desfile no hubo actos protocolarios y los políticos locales pasaron desapercibidos con la excepción del edil socialista Tomeu Nadal, que participó en una de las carrozas disfrazado de indio.

El desfile estuvo amenizado por las Bandes de Tambors de Binissalem, Alaró, Consell, Lloseta y la banda de música municipal. La competencia fue dura para hacerse con los tres primeros premios, dotados con 100.000, 75.000 y 50.000 pesetas, respectivamente. El primer premio lo consiguió la carroza Es molí d'aigua; el segundo fue para Els Ferrers no van a vermar y el tercero lo ganó Pa Pagès.