El nuevo responsable municipal del suministro de agua, Miquel
Ramon, explicó que «de los tres pozos antiguos sólo es de es
Quarter podía utilizarse, ya que los de Son Bru y sa Siquiola
tenían las bombas estropeadas». Además de no ser las adecuadas para
unos pozos con poco caudal, el edil socialista señala que los
cuadros eléctricos no estaban en condiciones y faltaban contadores,
grifos para controles y tubos para mediciones.
El pozo perforado cerca del cementerio tampoco funcionaba
correctamente y sacaba agua rojiza. En el informe se reconoce que
es un pozo «de muy baja calidad». Sin embargo, se da la
circunstancia de que la apertura de este aforo a principios de año
fue presentado durante la campaña electoral por el equipo del
anterior alcalde, Antoni Arbona, como la solución a todos los
problemas.
El estudio informa que los cuatro pozos están pendientes de
legalización y recoge detalles increíbles, como que el pozo del
polideportivo, desde su construcción hace ya más de 15 años, cuenta
con unos contadores a los que nunca se les ha realizado una
lectura.
El resultado de las medidas tomadas por el nuevo Consistorio que
preside Josep Muncunill ha provocado que durante los tres últimos
meses, pese a la sequía, no haya sido preciso contratar los
servicios de ningún camión cisterna para abastecer al depósito
municipal, como ocurrió en 1998. En este concepto, el anterior
equipo invirtió 1.400.000 pesetas el año pasado y 350.000 más el
pasado mes de mayo.
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