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INES BONET/CATERINA VENY Los vinicultores de las denominaciones de origen de Binissalem y Pla-Llevant han acogido de forma diferente la propuesta del conseller d'Agricultura, Joan Mayol, de crear una etiqueta única, con subdivisiones, para promocionar los vinos elaborados en Mallorca. Así, mientras los productores de es Raiguer son más partidarios de mantener la clasificación actual (de hecho la denominación de Binissalem ya está siendo reconocida fuera de la Isla), los bodegueros del resto de la Isla aplauden el planteamiento de promocionar los caldos mallorquines de forma global.

El gerente de las bodegas J. L. Ferrer (Binissalem), José Luis Roses, no es partidario de que se unifiquen las denominaciones: «Existen motivos históricos, de tradición, de terreno y de funcionamiento que justifican que se trata de dos zonas totalmente diferenciadas». La gerente de la bodega Can Ribes (Consell), Maria Antònia Oliver, coincide con Roses en que hay una clara diferenciación entre las dos comarcas pero no cierra las puertas a la unificación: «Todo depende de así como se enfoque». El propietario de Jaume de Puntiró (Santa Maria), Pere Calafat, se mostró receloso a la fusión.

El propietario de las bodegas de Son Bordils (Inca), Ramon Coll, actualmente fuera de las denominaciones, está a favor de que haya una visión conjunta del sector: «De momento, la ordenación es parcial, ya que sólo se tiene en cuenta la denominación de Binissalem y la del Pla-Llevant». Para Coll, la etiqueta única permitiría la entrada de otros productores y «la unificación facilitaría la promoción». Pilar Oliver, responsable de las bodegas Miquel Oliver (Petra) manifestó su satisfacción ante el planteamiento de Mayol: «Estamos de acuerdo con la propuesta del conseller de hacer una sola denominación de origen para el sector vinícola insular que permitirá promocionar los productos mallorquines fuera de las islas».