El Ajuntament de Santanyí inició ayer una campaña para acabar con
la oruga procesionaria que afecta a unos 20.000 pinos del término
municipal.
El plan de choque se llevará a cabo por parte de los funcionarios
municipales de la vigilancia rural. El ataque se hará, sobre todo,
en los pinos de zonas públicas y los que están ubicados junto a las
carreteras. La oruga puede matar un árbol en aproximadamente un
año. El sistema que se utilizará consiste en destruir la bolsa
donde se anida la oruga con el disparo de un cartucho de
perdigones.
El alcalde de Santanyí, Miquel Vidal (PP), ha declarado que «de
momento hemos preparado unos 10.000 cartuchos que se dispararán a
los pinos de las zonas públicas y de los particulares que lo
requieran».
Este plan de choque no es el primero que se lleva a cabo en
Santanyí. Hace unos meses se hizo un primer intento atacando las
bolsas cuando se estaban incubando los huevos pero no fue
suficiente. Esta vez, sin embargo, se espera que la medida
emprendida sea definitiva para acabar con el problema.
La procesionaria es un insecto metamorfósico que se convierte en
mariposa y pone huevos que después se convierten en oruga. Ésta se
alimenta de los ojos de los pinos y, según los técnicos, el árbol
muere porque la oruga se come los ojos jóvenes. La ventaja es que
si se destruyen, las orugas segregan un ácido que mata a las
otras.
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