El proyecto para la reforma integral y embellecimiento de la plaza
de la iglesia ha quedado en suspenso tras la decisión parroquial de
rehabilitar el agregado conocido como «sacristía vieja», obviando
un informe desfavorable de Patrimoni.
Fue precisamente el derribo de la sacristía vieja el que dio
origen a un plan integral de embellecimiento en la zona que debía
ser financiado con las ayudas del Pla Mirall. El Consistorio
negocia ahora reconducir dichas ayudas (60 millones de pesetas) a
nuevos proyectos como la creación de un parque público en los
jardines de la parroquia y el embellecimiento de los accesos al
pueblo.
La reforma de la plaza de la iglesia se planteó por primera vez
hace siete años después de que el entonces rector acordara con el
Ajuntament la cesión al municipio de la sacristía vieja para que
fuera derruida. A cambio, el Consistorio se comprometía a hacer una
plaza pública y embellecer los accesos. El convenio, que no llegó a
firmarse, devolvía al edificio parroquial su aspecto original del
siglo XVII.
Técnicos del Ajuntament, ARCA y el Obispado estudiaron el
edificio y corroboraron que la sacristía vieja era un añadido a la
planta original sin ningún valor arquitectónico.
Se convocó un concurso de ideas para concretar las reformas que
concluyó con al redacción de un proyecto que fue presentado al
Govern para ser incluido en las actuaciones financiadas por el Pla
Mirall. A pesar del acuerdo verbal con el Ajuntament de Binissalem,
el nuevo rector ha decidido dar marcha atrás en el proyecto y ha
incluido la recuperación de la sacristía vieja en el proyecto de
rehabilitación integral de la iglesia.
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