La Conselleria de Sanitat ha precintado el pozo número 1 de Búger
para garantizar que no suministre agua sin garantías de calidad a
la red municipal. El pozo fue clausurado hace cuatro años después
de que se detectaran filtraciones de aguas fecales de las fincas
colindantes, aunque el Ajuntament había solicitado recientemente su
reapertura tras realizar varios análisis de la calidad del agua.
El Partido Popular de Búger ha sido quien ha denunciado los
hechos ante el Govern. Su portavoz, Bartomeu Alemany, asegura: «El
agua no tiene por qué ir a parar a la red porque eso supone un
atentado contra la sanidad pública. Cualquiera podría haber cogido
tifus o cualquier otra cosa». El alcalde, Miquel Amengual, explica
que «el pozo sólo ha estado funcionando una hora cada quince días
para garantizar la buena conservación de la bomba». También ha
recordado que desde hace años se realizan análisis en este pozo y
no hay peligro, «el agua es buena». El director general de Sanitat,
Josep Maria Pomar, señala que «se ha abierto un expediente para
aclarar si se ha vertido agua desde el pozo número 1 a la red
municipal». No obstante, Sanitat no descarta que en un futuro
próximo, si se garantiza la calidad del agua, se pueda establecer
legalmente la conexión.
El Ajuntament de Búger ha solicitado permiso por escrito al
Govern para conectar el polémico pozo a la red. De esta forma
garantizaría el abastecimiento de agua al pueblo que depende
actualmente del suministro de otros dos pozos. El alcalde, Miquel
Amengual, cree que la Conselleria debería tener en cuenta los
análisis realizados por el Ajuntament en los últimos años y
autorizar de nuevo las extracciones para que el municipio no
padezca problemas de escasez de agua.
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