El proyecto contemplado en el PGOU destina 133.000 m2 calificados
como Àrea Rural de Interés Paisajístico (ARIP) y Àrea de
Asentamiento en Paisaje de Interés (ASPI) a la posible instalación
de un polígono industrial y de servicios. Asimismo, podría crearse
una nueva zona deportiva. Esta solución ha conseguido dividir a la
sociedad sollerica, pues mientras hay quienes se muestran
totalmente contrarios a la destrucción de estos terrenos agrícolas,
los empresarios consideran que el polígono es una necesidad básica
y vital para la comarca.
Pese a que el proyecto ya es antiguo, la noticia de que el
Govern destinará en 2001 400 millones de pesetas a la compra de
terrenos y a la dotación de infraestructuras ha provocado la
polémica y son muchos quienes piensan que destinar esta enorme
mancha verde de gran valor paisajístico y agrícola a usos
comerciales e industriales es una aberración.
En la actualidad ya se ha creado una plataforma para la
protección de Son Puça, que ha anunciado que elaborará un plan para
frenar el proyecto, argumentando el grave impacto paisajístico y
ambiental que causaría esta infraestructura junto a las carreteras
de Deià y el Port de Sóller. La plataforma no ha dudado en
calificar a través de artículos de opinión publicados en la prensa
local que en estos momentos el polígono «es el más grande atentado
paisajístico que amenaza el valle de Sóller».
Sin embargo, estos terrenos son una de las escasas zonas llanas
y extensas de Sóller. Precisamente esta circunstancia es utilizada
como argumento por quienes consideran que esta zona de gran riqueza
agrícola podría ser explotada mecánicamente si se cultivaran
naranjas. En esta zona, pese a haber una importante infraestructura
hidráulica, está ocupada mayoritariamente por cultivos cerealistas,
almendros y algarrobos.
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