Los encinares de la zona norte de Mallorca sufren el ataque del
banyarriquer (carcoma) que ha aprovechado la sequía y las altas
temperaturas para destruir los ejemplares más débiles. Miquel
Ramis, l'amo de la possesió de Fangar (Campanet), afirma que la
carcoma ha afectado a las encinas centenarias que ocupan la finca y
asegura que el escarabajo también se ha detectado en otros bosques
de encinas de la zona, concretamente en las possesions de Biniatró
y Muntanya. Las hojas de muchas encinas están adquiriendo un tono
rojizo.
Se trata de un insecto que aprovecha la primavera para inyectar
sus huevos en los troncos de las encinas. Allí, se desarrollan
hasta que nacen sus larvas que se alimentan excavando distintas
galerías. En los años en que la climatología acompaña, la savia de
las encinas es lo suficientemente fuerte como para acabar con la
carcoma pero cuando los árboles están débiles se ve incapaz de
erradicarla. Así en el último mes Miquel Ramis se ha visto obligado
a sacrificar ejemplares de 150 años de antigüedad. «Este año las
encinas han sido muy atacadas porque no han crecido debido a la
falta de agua y su savia no ha podido ahogar la oruga»,
explica.
El banyarriquer es un insecto que realiza metamorfosis por lo
que es habitual encontrarlo en sus dos fases, como larva y
escarabajo. Resulta difícil observar el insecto desde el exterior
de la encina. De hecho, cuando aparecen agujeros en el exterior del
tronco es porque la carcoma ya lo ha abandonado. Los síntomas que
se dejan notar en los bosques de encina consisten en que las hojas
de los árboles se vuelven rojas. En ocasiones, este hecho se debe
simplemente a la falta de agua pero con las primeras gotas de
lluvia se recuperan. Este año ya ha llovido, de manera que los
expertos apuntan que los ejemplares cuyas hojas siguen siendo rojas
están infectados por el banyarriquer.
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