Las pinturas murales descubiertas en las paredes de la ermita de la
Victòria a raíz de la restauración del santuario, han recuperado su
aspecto original. El regidor de Patrimonio, Miquel Llompart, y el
equipo de restauradores e historiadores, Arqueotaller, presentaron
ayer in situ el resultado de un cuidado proceso de recuperación
realizado en el último mes. En los trabajos, se han invertido 800
mil pesetas.
El mural representa cinco escenas que podrían o no formar un
conjunto, según explica el equipo de restauración. El graffiti
contiene la imagen de un dragón alado, una cruz con las armas de
Cristo, una iglesia, una regente y una pequeña embarcación. Las
pinturas han estado cubiertas durante años por varias capas de cal.
Este hecho, unido a la baja humedad del recinto, ha contribuido a
su conservación. No obstante, se calcula que el mural podría haber
sido en su origen de un tamaño mucho mayor ya que se conservan
fragmentos de palabras entrecortadas que debían tener continuación
en otros de los muros.
La restauración ha consistido en la limpieza, delimitación y
recuperación del original. Los historiadores piensan que el mural
fue realizado aproximadamente en el siglo XVII, si bien algunas
fuentes apuntan que la regente caricaturizada podría ser la reina
Isabel II por lo que las pinturas podrían haberse dibujado en una
fecha posterior a la apuntada.
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