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TOMEU GARCIES Grupos de jóvenes de Alcúdia están ocupando fincas rústicas y casetas abandonadas para disponer de un rincón donde divertirse. Este fenómeno, similar en cierta manera al movimiento «okupa» que se produce en las grandes ciudades, ha sido detectado por la Policía Local durante los controles que efectúa de forma regular contra el absentismo escolar en los institutos.

Cuando los jóvenes de entre 14 y 18 años se ausentan de las clases se dirigen a parcelas rústicas donde recuperan con sus propias manos casetas abandonadas hasta hacerlas habitables. En ocasiones, llevan hasta las fincas todo tipo de material para construir chabolas y poder pasar a cubierto sus ratos libres cuando el tiempo no acompaña. Recientemente, la Policía Local de Alcúdia ha detectado que se está construyendo una caseta elevada sobre un árbol en el interior de un pinar privado. Fuentes policiales han explicado que en alguna ocasión se han forzado puertas y ventanas de casas de campo y que una vez presentada la denuncia se ha comprobado que los asaltantes eran este tipo de jóvenes.

La policía no puede destruir las casetas si no existe denuncia por parte de los propietarios de las fincas y en muchas ocasiones éstos desconocen el fenómeno porque no visitan con regularidad sus propiedades. El sargento Abelardo Mesías explica que «la mayoría de jóvenes que se ausentan de las clases en el instituto pasan el invierno en estos lugares mientras que en verano se decantan por la playa».

La policía hace tiempo que trabaja para controlar el absentismo escolar en los institutos. El sargento Mesías dice que si se encuentra algún alumno fuera de clase es acompañado hasta al centro, que tiene cerrada las puertas en el horario escolar para evitar fugas. El policía informa de que la mayor parte de los chicos que ocupan las fincas rústicas tienen edades comprendidas entre los catorce y los dieciocho años y provienen de hogares desestructurados.