Unos 170 alumnos de educación infantil tuvieron que ser desalojados
urgentemente de sus aulas en el colegio público Antoni Maura de
Manacor, conocido también como sa Graduada, debido al estado
ruinoso de la cubierta. Los hechos ocurrieron ayer por la mañana
ante el peligro que suponía el desprendimiento de algunos trozos de
las vigas en el interior de las aulas de los alumnos.
La Conselleria d'Educació i Cultura ordenó a primera hora de la
mañana de ayer el cierre inmediato del centro de sa Graduada y la
suspensión de las clases hasta nuevo aviso. De esta manera, los
niños de tres a seis años de sa Graduada se vieron obligados a
realizar sus actividades cotidianas en el patio del colegio. Los
docentes tuvieron que sacar las mesas y las sillas, así como una
buena parte del material escolar al exterior del edificio con el
fin de proseguir las clases.
Una de las maestras, «Afortunadamente nos hemos encontrado un
día primaveral, pero esta situación es insoportable», dijo la
profesora Francesca Pocoví. Los pequeños tienen la necesidad de
hacer pipí y no pueden ir porque nadie asegura la seguridad del
edificio.
El techo de uno de los aseos se derrumbó a primeras horas de la
mañana de ayer. Esta circunstancia provocó la indignación del
profesorado, sobre todo porque «esta es la obra más reciente que se
realizó a raíz de una serie de deficiencias que se detectaron en el
tejado del colegio, hace escasamente un año», manifestó Joana Maria
Cabrer, miembro de la Asociación de Padres y Madres (AMPA) de
Alumnos de sa Graduada.
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