Los alrededores del santuario de Lluc están un año más repletos de
tiendas de campaña que ocuparán la zona de acampada durante estas
fiestas de Semana Santa. Fuentes del santuario informaron ayer de
que ya son más de trescientas las tiendas instaladas y se calcula
que de aquí al próximo lunes habrán pasado por el lugar más de
seiscientas familias. La aglomeración de campistas provoca cada año
problemas de ruido y limpieza que el santuario trata de solucionar
reforzando la seguridad. Aún así, ayer muchos de los contenedores
de basura ya estaban desbordados y eran muchos los campistas que se
quejaban del ruido que cada noche proviene de la zona de acampada
de los más jóvenes.
El santuario ha distribuido dos zonas diferenciadas de acampada
separadas por la carretera para evitar enfrentamientos entre los
grupos de jóvenes y las familias que buscan estar más tranquilas.
Los problemas de circulación y aparcamiento también se han dejado
sentir a lo largo de estos días. A media mañana de ayer una larga
cola de turismos llegaba hasta el cruce de la carretera de
Pollença. Además, numerosos vehículos mal estacionados impedían el
acceso de autocares al santuario y dificultaban el regreso a casa
de algunos visitantes.
Las zonas de acampada del santuario de Lluc son el destino
elegido por muchos jóvenes y familias mallorquinas para pasar las
vacaciones de Semana Santa. Ayer el número de tiendas instaladas se
aproximaba a las 300 pero la mayor avalancha de campistas se espera
para hoy sábado. Así, los responsables del santuario calculan que
cuando el próximo lunes se desmonten las tiendas, más de
seiscientas familias habrán pasado por el lugar. La cifra es
superior a la vivida en 2000.
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