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MARIA E. NADAL Alcúdia volvió a vivir la emocionante procesión en honor al Sant Crist. La fiesta religiosa, celebrada ayer y de carácter trienal, empezó a las once con la solemne misa en la parroquia de Sant Jaume y siguió con la procesión por la ciudad con las calles abarrotadas de gente. Enl la procesión penitencial, que empezó pasadas las doce del mediodía, participaron cientos de personas, algunas de las que desfilaron con los pies descalzos y los brazos en cruz para pagar las promesas que hicieron al Sant Crist.

Pese al calor y al duro sol que hacía en la ciudad alcudiense, miles de personas repartidas por todas las calles del pueblo pudieron comprobar la gran devoción que sienten los penitentes por el santo. De hecho, esta procesión es uno de los hechos más importantes para muchos vecinos de Alcúdia. La procesión iba encabezada por la banda de cornetas y tambores. La parte más emocionante llegó con la bandera de los «agermanats» y las «promesas». Los miembros del Consistorio acompañados por el batle de la localidad, Miquel Ferrer; el president de la Comunitat, Francesc Antich, y el president del Parlament, Maximilià Morales, vivieron el momento de más auge y más esperado, al final de toda la procesión, cuando salió la figura del Sant Crist porteada por miembros de la cofradía del Sant Crist.

Durante toda la vuelta, en la que destacó el absoluto silencio de todos los asistentes, se podía escuchar la voz de Tomeu Suau, sacerdote de sa Indioteria, que iba explicando la historia de la procesión a la gente que venía de fuera, a la vez que entonaba cánticos dedicados al Sant Crist. Otro de los momentos más emocionantes se produjo cuando se hizo girar la imagen del Sant Crist delante de las casas en las que había personas delicadas de salud, los familiares de los cuales anteriormente habían solicitado al consejo parroquial.