El Ajuntament cobrará, a partir de este año, una tasa de 10.525
pesetas anuales en concepto de recogida de basura a los
propietarios de edificaciones en suelo rústico. El cobro de esta
nueva tasa ha generado las críticas de numerosos vecinos y el grupo
municipal del PSOE. El regidor socialista Jaume Mestre considera
«inadmisible que se aplique la misma tasa a aquellos vecinos cuya
primera residencia está en rústico y a los que sólo van a las
fincas determinados días al año».
El regidor de Hacienda, Mateu Dupuy, explicó que «con el cobro
de esta tasa queremos evitar que, como ocurría hasta ahora, fueran
los residentes en el casco urbano quienes asumieran el coste de la
basura generada en zona rústica». En este sentido, Dupuy detalló
que «las empresas de recogida cobran por tonelada de manera que si
la zona rústica carece de servicio y la basura que se genera en
ella es depositada en contenedores de la ciudad, son los residentes
en el casco urbano quienes ven incrementada la tasa».
Respecto a la propuesta del PSOE de aplicar tasas diferentes en
función del tipo de residencia en rústico, Dupuy manifestó que
«resultaría muy costoso y este coste recaería en la tasa el hecho
de tener que averiguar si las viviendas son primera residencia,
residencia de verano o de fin de semana». Los contenedores en zona
rústica se van instalando a medida que los vecinos lo solicitan en
el Ajuntament. «Queremos que sean ellos quienes propongan la
ubicación», afirmó Dupuy, que aseguró que Inca era una de las pocas
localidades en las que todavía no se aplicaba esta tasa».
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