Según UM, el equipo de gobierno debe exigir el cumplimiento de las regulaciones.

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TOMEU OBRADOR Unió Mallorquina de Campos, en la oposición del Ajuntament, mostró en las pasadas fiestas de Pascua su rechazo frontal a la interpretación del himno español durante la procesión del Encontre, por parte de la banda de música, y en el momento de la consagración de la hostia, el organista. Sus quejas no fructificaron y día 23 de abril el portavoz del partido, Joan Josep Mas, envió una carta al Vaticano para conocer su opinión al respecto. Y el 1 de agosto, la congregación Culto Divino y de la Disciplina del Sacramento contestó al interesado con otra carta. Ésta aseguraba que: «Se indica claramente que no puede sonar ninguna melodía mientras el celebrante pronuncia alguna oración y mientras tiene lugar la consagración o plegaria eucarística». Asimismo, añadía: «Durante una procesión sólo puede sonar una canción o himno religioso».

Joan Josep Mas expresó su satisfacción por esta notificación. «De este modo, se reconoce nuestro posicionamiento y ahora la delegada de Cultura, Magdalena Rigo, debería mediar entre el director de la banda y la parroquia para corregir la situación». Mas también advirtió a los gobernantes de la existencia del Real Decreto Estatal 1560/97 que regula la interpretación del himno, sólo permitiéndolo a la entrada del Rey en la catedral, en actos representativos de la familia real y actos de culto a la bandera. Los dos ediles de UM quisieron dejar claro que también se oponen a que se interprete «La Balanguera»: «En actos religiosos sólo deben tocarse piezas religiosas».

En la misa de Pascua, el rector, Gabriel Reus, hizo alusión a esta polémica del himno que caldeó la Semana Santa: «Este tema debe debatirse en momentos de tranquilidad y no en estas fechas». «Las batallas dividen y siempre quedan ganadores y perdedores», agregó. Estas declaraciones crisparon aún más a numerosos católicos partidarios de la sustitución del himno por una pieza religiosa.

El GOB se opone al nuevo hotel de lujo
«El pacto de progreso haría el ridículo más espantoso si después de las promesas electorales y una vez modificadas las Directrices de Ordenación del Territorio (DOT) para evitar este complejo, ahora vuelve atrás y permite la ejecución». Esta es la opinión del GOB respecto al nuevo proyecto de gran hotel de lujo, con capacidad para 960 plazas, que impulsa la cadena Raffles con los partidos UM y PSOE. Según los ecologistas, «con la normativa urbanística vigente la aprobación de este complejo es imposible, ya que se trata de terrenos clasificados como suelo rústico». Por su parte, el portavoz de UM, Joan Josep Mas, afirmó que «no rectificamos. Ya es hora que nos den un caramelo por el bien del municipio».