El temporal siguió ayer provocando cuantiosos daños en los
municipios de las comarcas de Llevant, Migjorn y Pla de Mallorca.
En este sentido, ayer se inició la semana con nuevas inundaciones,
numerosas carreteras y caminos rurales cortados, averías en el
suministro de la red eléctrica y problemas en el abastecimiento de
agua potable en buena parte de los pueblos afectados por las
inclemencias meteorológicas. Los términos municipales de Capdepera,
Son Servera y Manacor fueron los más golpeados por el agua y el
viento. Centenares de árboles cayeron sobre viviendas particulares,
edificios públicos y vehículos, pero mayoritariamente lo hicieron
en medio de las calles y aceras, obstaculizando el tránsito de
coches y el paso de peatones.
La fisonomía de estas localidades quedó muy alterada, en algunos
lugares casi irreconocible. Las calles de los núcleos costeros de
sa Ràpita, sa Colònia de Sant Jordi, Portopetro, Cala d'Or,
Portocolom, Porto Cristo, Calas de Mallorca, s'Illot, Cala Millor,
Costa dels Pins, Cala Rajada y la Colònia de Sant Pere despertaron,
por segundo día consecutivo, con una alfombra verde, legado que los
árboles y matorrales dejaron al desplomarse en el suelo. Ayer
también se sucedieron los sustos. Muchos conductores se encontraron
con árboles en los mismos carriles por donde circulaban, hecho que
les obligó a dar volantazos, invadiendo el sentido contrario, para
esquivar la barrera vegetal.
Tanto vecinos como extranjeros pudieron contemplar desde
cualquier parte de las tres comarcas las devastadoras consecuencias
del fuerte temporal, que, según los más mayores de la zona, «no se
habían vivido nunca antes». Muchos curiosos recorrieron el paseo
marítimo de Cala Millor para ver la furia del mar Mediterráneo, así
como los daños a las embarcaciones amarradas en los puertos
deportivos y muelles. Asimismo, centenares de establecimientos
turísticos, apartamentos, chalets y casas particulares sufrieron
algún desprendimiento en su estructura. Tejados y mobiliario urbano
también fueron objeto de las precipitaciones, con grandes pérdidas
económicas. Porreres, Campos, ses Salines, Cala Rajada, Cala Millor
y sa Coma pasaron muchas horas sin luz ni agua, y en Cala Rajada
todavía no estaba restablecido el suministro eléctrico.
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