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La reacción institucional a la catástrofe vivida el pasado fin de semana y esta semana entrante no se ha hecho esperar. Las corporaciones municipales en pleno, mediante la constitución de gabinetes de crisis, han comenzado a valorar los daños materiales y naturales y, en algunos casos, ya se han abierto listas de atención a los damnificados. La mayoría de los alcaldes coincidieron en señalar que las pérdidas son, por el momento, incalculables. En este sentido, concretaron que los perjuicios afectan tanto al medio ambiente como a las infraestructuras urbanas y rurales. Los consistorios advierten que «esto no se ha acabado» y ya se han atrevido a calificar el temporal como «histórico», por lo que se necesitará un tiempo para recuperar la normalidad.

Muchos ayuntamientos han informado de las decisiones tomadas al abordar la situación crítica. En Manacor y en Porto Cristo se abrieron puntos de recogida de información sobre los desperfectos padecidos. El objeto de esta empresa es recoger la máxima información posible sobre los daños padecidos por los vecinos del municipio y realizar, de esta manera, una valoración objetiva de los daños sufridos. Este cálculo de perjuicios permitirá al Consistorio plantearse la posibilidad de solicitar la declaración de zona catastrófica para Manacor. Por su parte, los técnicos de las delegaciones de Urbanismo de todos los pueblos de las tres comarcas estaban ayer haciendo estimaciones de los perjuicios concretos a raíz de la tempestad.

Durante toda la jornada también se sucedieron las visitas de los regidores municipales en las zonas afectadas. Muchos vecinos se dirigieron a los políticos para pedirles ayuda con la que poder reparar los desperfectos. Desde el domingo se han incrementado los contactos entre los diferentes cuerpos de seguridad. En Capdepera se habilitaron tres brigadas y se hizo una llamada a los vecinos para que colaboren en la limpieza de las calles. La finalidad es evitar que la red de alcantarillado se obstruya. En este sentido, la Cruz Roja está coordinando a los voluntarios que se presentan para ayudar.

Voluntarios de Protección Civil también realizaron múltiples trabajos. Uno de los ejemplos fue el caso de los colaboradores de Son Servera, que retiraron una gran cantidad de árboles caídos en la Costa de los Pinos, entre otras tareas de limpieza. Bomberos, Policía Local, Guardia Civil y brigadas municipales recorrieron todos los terrenos para salvaguardar la integridad física de los ciudadanos. La actividad comercial también se vio alterada, ya que muchas tiendas no pudieron abrir.