El cierre de un recinto de 10.000 metros cuadrados durante cuatro
meses en los alrededores del Auditòrium de sa Màniga y un complejo
hotelero de Cala Millor, en el término municipal de Sant Llorenç,
con motivo de la celebración de una convención de la empresa
automovilística Mercedes-Benz, ha sido motivo de polémica entre los
comerciantes de la citada zona costera.
La prohibición del acceso a algunos puntos céntricos impidiendo
la circulación fluida y el enorme despliegue de vigilancia han
provocado la indignación de algunos comerciantes. Sin embargo,
otros empresarios de la zona alaban la iniciativa porque sostienen
que significará una importante entrada económica durante la
temporada baja turística en que no están acostumbrados a tener
muchos clientes.
Por una parte, se quejan de que sólo han notado un aumento de
vehículos y el consiguiente colapso de coches que «aparcan por
todas partes» y «nos dejan a nosotros sin poder aparcar», pero las
cajas de sus negocios no han aumentado de forma considerable.
El portavoz de algunos comerciantes de la zona, Joan Buades, ha
aplaudido la iniciativa porque «aportará ingresos económicos al
sector comercial. Es una manera de dar vida a la zona durante la
temporada baja turística», explicó.
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