El del hallazgo entre la arena depositada en Can Picafort de un
molusco inédito en su estado natural, el Glycymeris inflata (hasta
ahora sólo conocido como fósil) ha encendido las alarmas porque
demuestra que el fondo submarino de Banyalbufar es mucho más rico,
desde el punto de vista ecológico, de lo que se creía.
Demarcación de Costas emitió ayer un comunicado indicando,
respecto al Glycymeris, que hace falta «una revisión y evaluación,
por parte de la comunidad científica internacional, que en este
caso no se ha seguido, lo que evidencia una falta de calidad y
credibilidad científica. A la espera de la evaluación de los
supuestos hallazgos, los informes de Cristian Ruiz Altaba (biólogo
que anunció el hallazgo) no tienen credibilidad para todos los
científicos en la materia que han sido consultados. La ciencia
tiene sus propios mecanismos para certificar la información,
proceso que en este caso no ha sido respetado».
Costas no dice con qué expertos ha consultado y, evidentemente,
no ha transcurrido el tiempo suficiente como para que haya una
certificación internacional. El organismo dependiente del
Ministerio de Medio Ambiente destaca que el Clycymeris inflata no
aparece en las bases de datos internacionales de especies vivas o
extintas. Es evidente, porque este molusco sólo era conocido como
fósil, y como tal aparece en los registros de fósiles. Un portavoz
de Costas afirma que este departamento no tomará medidas cautelares
ni iniciar ningún control ni investigación, y las extracciones
proseguirán como hasta ahora.
Ruiz Altaba comentó ayer que «lo más penoso y lamentable es
haber usado un estudio del Imedea sobre el yacimiento de Cap
Salines para extraer en Banyalbufar» y mantiene firmes sus
conclusiones: «Es una especie muy antigua, que puede llegar a los
20 millones de años y que podría desaparecer en pocos días de
extracciones». Ha remitido su descubrimiento a otros científicos
para que lo ratifiquen.
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