El campamento está integrado en la Xarxa d'Instal·lacions de les
Balears (XIB), que gestiona el Govern, a pesar de que la propiedad
es municipal. Hasta ahora sólo se han confirmado 160 plazas con
tres estancias de tres días y una semana, respectivamente. Estas
cifras contrastan con los 2.000 niños repartidos en 26 grupos que
se alojaron en la zona en 2001.
Esta situación ha generado un fuerte malestar por parte del
Ajuntament y del concesionario, que piden explicaciones al Govern
por la falta de reservas. El Ajuntament cree que se favorecen de
forma intencionada otros centros, como la Victòria, en Alcúdia. Los
concesionarios del complejo, Catalina Fiol y su marido, Joan Bonet,
son los principales perjudicados. Estas personas dan el servicio de
comidas y, por tanto, pueden perder una importante fuente de
ingresos.
Los concesionarios están molestos porque no han recibido ningún
tipo de explicación del Govern y aseguran que la bajada de reservas
no se puede deber a quejas por una mala atención. Además, afirman
tener constancia de que hay peticiones de plazas en sa Comuna que
han sido desviadas a otros centros
El responsable del XIB, Joan Font, atribuye el descenso de
reservas en Lloret a una bajada general de la demanda de plazas de
campamentos veraniegos. Font confirma que la Victòria tiene más
reservas pero añade: «Puedo garantizar que todo el que ha pedido
plaza en sa Comuna han podido ir».
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