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TOMEU GARCIES Subir a Lluc por la carretera desde Caimari se ha convertido en una auténtica odisea. Los conductores que decidieron emprender ayer esta ruta se tuvieron que enfrentar con retenciones de hasta tres cuartos de hora. La culpa de estos graves atascos la tienen las obras de asfaltado que se ejecutan en el tramo de carretera entre el Coll de sa Batalla y Caimari. La empresa responsable de las obras cortó ayer el tráfico al paso de camiones y autocares y sólo dejaba pasar coches, motos y bicicletas de forma muy restringida.

Las restricciones se aplicaron a la entrada de Caimari y junto a la gasolinera del Coll de sa Batalla. En ambos lugares, un operario de la empresa constructora paraba los coches. Junto a él había un cartel advirtiendo de posibles colas de hasta 30 minutos y aconsejando rutas alternativas para ir a Lluc, pasando por Pollença o Sóller. Para regular los flujos de tránsito se seguía un procedimiento de lo más rudimentario. Al último coche que pasaba de cada grupo se le daba un papelito que tenía que entregar al operario de la empresa al final del trayecto. Esa era la señal para cambiar el sentido del tránsito.

Esta forma de regular el tránsito provocó unas colas de escándalo, sobre todo en Caimari, donde se acumulaban decenas de coches. La mayor parte de los afectados por las retenciones eran turistas extranjeros con coches de alquiler. Los transportistas de camiones y autocares, advertidos de la prohibición de paso, buscaron rutas alternativas y lo mismo hicieron los autocares turísticos. Las restricciones del tránsito se prolongarán hasta día 20 de junio.