La asamblea de accionistas de la empresa Ferrocarril de Sóller SA
celebrada ayer concluyó que parte de la crisis actual es atribuible
a la gestión realizada durante la última etapa por el director
gerente de la explotación, Rafael Sierra, quien presentó su
dimisión hace unos meses.
Los directivos del tren dieron cuenta de las dimisiones de
Sierra y Miquel Colom en el consejo de administración y apuntaron
que una de las pérdidas más importantes registradas por la empresa
se ha debido a la adquisición de los tranvías de origen portugués,
cuya compra, restauración y acondicionamiento han resultado mucho
más caras que las previsiones iniciales.
En la asamblea se dio cuenta de que el ejercicio económico de
2001 concluyó con un déficit de 209.000 euros (unos 35 millones de
pesetas). La reunión también trato la posible venta de un paquete
de acciones.
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