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TOMEU GARCIES La demanda para construir nuevas viviendas en suelo rústico en Santa Maria del Camí ha caído en picado. Tanto es así, que en los últimos dos años el Ajuntament no ha recibido ninguna petición de licencia para obras de este tipo.

La culpa de esta falta de demanda la tienen las medidas de contención aplicadas en el último bienio. Para empezar, entre el mayo del 2000 y del 2001 pesó una moratoria en suelo rústico.

La clave la tuvo la modificación de la normativa urbanística efectuada en julio del 2001. Por este cambio, se pasaba a exigir un mínimo de tres quarterades (algo más de 21.000 m2) para edificar cuando hasta entonces se necesitaban sólo dos (14.000 m2). Además, se limitaba la nueva construcción a un máximo de 450 metros cúbicos.