Ayer se cumplió una antigua reivindicación de los vecinos de ses
Salines: el paso a titularidad pública del emblemático edificio de
la Església Vella. El equipo de gobierno (PP-UM) ha firmado un
convenio con el propietario del edificio, Bartolomé Bonet Suñer,
que fue aprobado ayer por el pleno del Ajuntament.
El citado convenio incluye que la familia cede la Església Vella
al Ajuntament a cambio de una modificación puntual en el
planeamiento urbanístico que permita que su antiguo Casal de Can
Bonico (ubicado enfrente de la iglesia en el casco urbano) pueda
convertirse en un hotel rural o de ciudad. Una vez que el Consell
de Mallorca haya aprobado la modificación, el convenio entrará en
vigor y tendrá una vigencia de 10 años, tiempo en que el Ajuntament
se compromete a no modificar ningún punto de las Normas
Subsidiarias que puedan afectar al citado Casal de Can Bonico.
Este acuerdo provoca una pérdida del volumen de edificabilidad
del inmueble, ya que en el convenio consta que cuando se proyecte
alguna obra para abrir el hotel, el edificio sólo podrá aumentar su
volumen un 10 por ciento "poco más de 200 metros cuadrados" cuando
con su actual clasificación de suelo urbano podía aumentar el
volumen 1.200 metros cuadrados, explicó el teniente de alcalde,
Antoni Caldentey.
La consecución de la donación de la Església Vella es importante
para el municipio ya que hace años que se intentaba adquirir. Hay
que recordar que en una primera toma de contacto la familia
solicitó 180.303 euros (30 millones de pesetas). En el pleno, el
PSOE se abstuvo a la hora de aprobar el convenio por «falta de
ética política porque no nos han informado de nada antes del
pleno», explicó Antoni Perelló, quien celebró este logro.
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