El Ajuntament de Lloret se ha comprometido a rehabilitar el
convento de las monjas para que pueda ser convertido en un centro
de día o una residencia de ancianos, a cambio de que el Obispado,
propietario del edificio, done al pueblo las casas dels Tarongers y
la parte de la capilla que no tiene cubierta. El pleno municipal
aprobó ayer instar al Obispado de Mallorca a negociar una serie de
medidas que permitirán la rehabilitación integral del conjunto
arquitectónico formado por el convento de las monjas, las casas
dels Tarongers y el muro que los envuelve y que se derruyó hace un
mes.
El objetivo de los responsables municipales es evitar que este
emblemático conjunto arquitectónico siga deteriorándose y
presentando la actual imagen de semiabandono. Así, a través de un
escrito aprobado por pleno, el Ajuntament propondrá al Obispado que
done al pueblo las casas dels Tarongers, la parte de la capilla que
no tiene cubierta y también parte del muro derruido. Por otra
parte, también plantea la utilización conjunta entre Ajuntament y
Obispado del patio interior del convento y que el Obispado ceda por
cien años el edificio del convento al pueblo.
A cambio de todo ello, el Ajuntament se compromete a rehabilitar
todo el muro derruido, los edificios que carecen de cubierta y
reformar el convento para posibilitar la creación de un centro de
día o una residencia de ancianos en él. La Administración local
también se haría cargo de realizar el proyecto de rehabilitación
global de todo el conjunto arquitectónico de acuerdo con el
Obispado y el área de Patrimonio del Consell de Mallorca. «Lo que
hemos aprobado es la propuesta formal que vamos a plantearle al
Obispado», explicó el alcalde, Jaume Joan Ramis, quien precisó que
«si éste no cede a las proposiciones del Ajuntament siempre se le
podrá instar a que él lo arregle todo. Lo que no se puede permitir
es que el edificio continúe como está».
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