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M. FUSTER El portavoz de UM, Joan Josep Mas, ha explicado que desde su partido considera que «se debe acatar la sentencia y derribar de una vez los apartamentos que ya ha quedado demostrado que son ilegales». «Nuestra opinión es que no se debe gastar más dinero en intereses particulares, puesto que hasta el momento se han gastado unos 40 millones de pesetas», agregó. Mas dice que «con este dinero muy bien se hubieran podido disminuir los impuestos o invertir en cosas más necesarias para el pueblo en lugar de defender unos intereses particulares».

Además, tomando la palabra al alcalde, Andreu Prohens (PP), que siempre dice que los apartamentos o se tienen que terminar o tirar abajo, «pues que los derribe, porque son la vergüenza de Campos». Pere Escales, portavoz del PSOE, sigue en la misma línea: «Hasta el momento el alcalde ha perdido todos los recursos y seguirá perdiendo todos los que interponga, pero él quiere llegar hasta el Tribunal Supremo, está en su derecho». Escalas agregó que «el PP se siente legitimado porque a pesar de cometer este tipo de ilegalidades el pueblo les ha ratificado en las pasadas elecciones». «Mi opinión es que el Ajuntament está tirando el dinero; el Supremo dirá la última palabra».

Joan Juan Pons, en representación del PSM, considera que la última sentencia les da una razón por la que lucharon desde un principio: «Esto debería dar pie a que el Ajuntament deje de interponer recursos que siempre pierde y acate la sentencia, porque en lugar de velar por los intereses de los promotores debería cumplir la ley». Sebastià Roig, ex alcalde del PP y que ha formado el nuevo partido Convergència Campanera, dice que «las licencias se dieron correctamente y que el Ajuntament debe recurrir hasta el final».