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«No sé si suicidarme». Cuando alguien dice esta frase es porque está realmente desesperado. Miguel Àngel Belda tiene 35 años, reside en Montuïri, ha vivido en Manacor, llegó a Mallorca desde Galicia en 1996 y hace unas semanas decidió pedir directamente ayuda a la Zarzuela, mediante varias cartas enviadas vía fax a Su Majestad el rey Juan Carlos, para que el Monarca intervenga y pueda cobrar el subsidio de desempleo que le corresponde.

La historia de Miguel Àngel Belda, sin embargo, se complicó el pasado día 7 de noviembre. Un informe clínico del Hospital de Manacor, donde fue sometido a cinco intervenciones quirúrgicas por dolores lumbares, dice que Belda fue trasladado al Hospital La Fe de Valencia, donde al ir a ser intervenido se le detectó un «tumor cancerígeno maligno ligado al nervio principal de la columna, lo que hace imposible su extirpación».

Por este motivo «se determina realizar sesiones de quimioterapia agresiva en tres sesiones por semana durante cinco semanas comenzando de inmediato» a la vez que se le recetan varios calmantes. Sin embargo «no tengo dinero para las medicinas, por las noches no puedo soportar el dolor», comenta Belda.

Miguel Àngel ha enviado peticiones al SOIB de Manacor, al Inem para poder cobrar el paro «que me corresponde por el tiempo trabajado en la empresa International First Calss Courier»; incluso ha mandado los informes médicos, todo ello firmado y compulsado por un notario «para que no haya errores, pero aún así nada, ni me contestan». «Yo he cotizado y he trabajado, además por invalidez a causa de mi enfermedad podría cobrar un subsidio pero ni siquiera me responden a las cartas».

Antes de recurrir al Rey, pidió ayuda al presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga Iribarne, quien le permitió visitar un médico de un centro Hospitalario de Lugo. Miguel Àngel cree que ésta puede ser la causa de sus problemas: «Creo que desde que me fui a Lugo los médicos de aquí se desentienden de mi caso», afirma. Otra de las causas de que «nadie me haga caso» es que «hace unos seis meses me empadroné aquí, pero el Inem es estatal, aunque no tendría que ser un problema», comenta.

El caso de Miguel Àngel Belda, un hombre enfermo que ha cotizado y que no puede trabajar por una grave enfermedad y al que ya no le «queda nada por lo que luchar ni por lo que vivir», es una muestra de la desesperación que vive mucha gente en estas fechas tan señaladas. Con todo, Miguel Àngel Belda lanza un nuevo grito de ayuda al SOIB, al Inem, al Govern balear, a Madrid o a «quien quiera ayudarme».