El regidor de Hacienda y de la delegación de sa Coma, Joan
Santandreu, explicó cómo se han desarrollado las obras. El
presupuesto inicial era de 552.473 euros, de los que el Obispado
aporta 150.253, y se han recibido 36.060 más en donativos. La parte
de la dirección técnica ha ido a cargo del Ajuntament de Sant
Llorenç.
«Cuando se hizo la urbanización, el solar donde está construida
la iglesia se cedió al Ajuntament con la condición de que debía ser
dedicado a temas religiosos. Hicimos las gestiones con el Obispado
y cedimos el solar en el 2000. La Sala adquirió el compromiso de
pagar el proyecto y la dirección y la ejecución ha ido a cargo del
Obispado», comentó Santandreu. El núcleo de sa Coma tiene
actualmente 2.000 habitantes. El presupuesto inicial ha sufrido una
pequeña modificación, con lo que el coste total asciende a unos
600.000 euros.
Se trata de un edificio moderno a la vez que sencillo, amplio
pero con poca longitud. Se instalarán entre 25 y 30 bancos. Hay
campanario y no se hacen capillas. El altar será una piedra de
Santanyí muy grande que pesa unos 1.800 quilos. La sacristía, en
lugar de seguir la tradición y colocarla detrás del altar, se
situará en la entrada. Las puertas serán de madera maciza y se
instalará un gran ventanal para que pueda verse desde el exterior.
Hay un semisótano y salas para conferencias o celebraciones.
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