El pueblo de Mancor celebró ayer, entre otros actos, la
representación de esta leyenda. Para ello, se instaló en el centro
de la plaza un cueva realizada con madera de pino y allí esparaban
al cuervo los dos jóvenes del pueblo con la indumentaria para
representar a los santos.
Este acto se lleva a cabo para conmemorar una leyenda bíblica
que cuenta que, en plena persecución romana, San Antonio y San
Pablo no hallaron otro refugio que una cueva totalmente vacía donde
las posibilidades de obtención de alimento eran nulas. Un cuervo
entró en la cueva y les trajo comida durante el tiempo en que
permanecieron escondidos en este enclave.
Además, se dispuso de una tirolina desde lo alto del campanario
hasta la cueva y, después del aviso de las campanas, se soltó al
cuervo atado a la tirolina, que descendió poco a poco hasta los
jóvenes y les hizo la entrega simbólica de un pan.
Más tarde, comenzó el desfile de las carrozas realizadas por la
gente del pueblo y la bendición frente a la plaza, dando así por
finalizadas las tradicionales fiestas de Sant Antoni en Mancor.
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