Algunos caminos rurales del municipio de Calvià, especialmente los
más alejados de los núcleos urbanos costeros, están repletos de
escombros y basuras que han sido depositados de forma paulatina
hasta convertirse en inmensos vertederos incontrolados. Pese a que
los servicios municipales de limpieza funcionan más o menos bien,
en algunos casos aparecen basureros ilegales que escapan al control
del Ajuntament, ofreciendo una pésima imagen.
Uno de los casos más espectaculares es el camino rural que
comunica las zonas de Son Ferrer y Cala Figuera y que discurre
entre las tierras de la possessió de Son Llebre y el campo de golf
de Poniente. A lo largo de más de un kilómetro de este vial sin
asfaltar y a ambos lados del camino se acumula todo tipo de
residuos, predominando los restos de obras domésticas (baldosas,
material de construcción), electrodomésticos (lavadoras,
televisores, frigoríficos), plásticos e incluso escombros
procedentes de obras públicas (tuberías y restos de pavimento
asfáltico).
En otros lugares del municipio, como es la franja existente
entre el Club de Hielo de Palmanova y la autopista también hay un
pequeño vertedero incontrolado. El único concejal de UM de Calvià,
Isidre Canyelles, ha denunciado que éste es un ejemplo del escaso
interés que pone el equipo de gobierno que preside la alcaldesa,
Margarita Nájera, en los temas medioambientales. Según el regidor
de UM, el Ajuntament de Calvià utiliza las cuestiones ambientales
sólo con finalidades electoralísticas y de imagen.
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