Varios ayuntamientos de la Isla han tenido problemas para adjudicar
las obras de infraestructuras aprobadas por el Consell de Mallorca
dentro del Pla d'Obres i Serveis de 2002.
Josep Gomila, conseller de Cooperació Municipal en el organismo
insular, explica que este plan «es un barómetro de cómo evoluciona
el sector de la construcción». El hecho de que las administraciones
locales tarden en contratar las obras públicas pone de relieve que
las empresas constructoras tienen mucho trabajo todavía. «2001 y
2002 han sido años bastante difíciles para poder adjudicar obras de
infraestructura. Hemos tenido que realizar autorizaciones de
prórroga», precisa Gomila.
Ha habido casos en que la licitación de un proyecto ha quedado
desierta hasta el tercer intento.
Banyalbufar, Manacor y Artà son los que más dificultades
tuvieron para contratar la obras antes de finalizar el año y, de
hecho, han necesitado una prórroga del Consell por el retraso.
Palma, Alcúdia, Binissalem y Sant Joan también tuvieron
problemas en la licitación, aunque finalmente lo hicieron dentro
del plazo establecido por el organismo insular.
Las obras a ejecutar son de todo tipo, desde la construcción de
un teatro, aparcamiento o alumbrado público a la mejora de una
plaza.
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