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El panorama político en Alaró es incierto. Todo apunta a que será difícil que los partidos que se presentan a las elecciones (PSM, PP, PSOE y UM) consigan los seis concejales necesarios para obtener la mayoría absoluta. A los tres partidos tradicionales se suma ahora UM, una auténtica incógnita en clave local, que contribuye a dificultar aún más las quinielas. Durante esta última legislatura, Alaró ha sido uno de los dos municipios de la Isla donde han gobernado conjuntamente PSM y PP. Tras las elecciones, y en el último suspiro, los cuatro ediles populares dieron su apoyo a la candidatura nacionalista, la menos votada, haciendo batle a Josep Gomila, sólo para evitar que el candidato más votado, el socialista, se eternizara en su histórico feudo de Alaró. A esta situación contribuyó que los socialistas hubieran descartado anteriormente cualquier acuerdo con los nacionalistas.

Pese a ser el partido menos votado, la lista encabezada por Gomila había sido la única que ganó votos respecto a 1995. Ahora, tanto PSM como PP hacen una valoración positiva del trabajo realizado en el Ajuntament. Destacan «haber conseguido una estabilidad política y la puesta en marcha de iniciativas importantes para el pueblo». Pese a todo, los populares ya han marcado distancias con sus socios de gobierno y los nacionalistas, aunque no lo dicen en voz alta, admiten que su socio «natural» parece ser el PSOE, si bien la actitud de algunos dirigentes locales socialistas les obliga a nadar a contracorriente. Una de las cosas que tiene muy claras el PP es que la próxima legislatura no renunciará a la Alcaldía, regalada en 1999.