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Un tramo de 2'7 kilómetros del proyecto de desdoblamiento de la carretera Inca-sa Pobla se separará del trazado actual y será de nueva construcción, según el proyecto que el Govern de les Illes ejecutará en esta vía a partir del año 2004. El conseller d'Obres Públiques, Transports i Habitatge, Francesc Quetglas, y el jefe del Departament d'Obres Públiques, Joan Cifre, presentaron ayer el estudio informativo de la prolongación de la autopista de Inca mediante duplicación de la calzada de la carretera comarcal (C-713) hasta sa Pobla. El tramo a desdoblar es de 10'1 kilómetros y, según la alternativa elegida, se prevé la creación de tres rotondas y cuatro pasos superiores. El trazado comienza en el punto de la proyectada variante sur de Inca. La primera rotonda a diferente nivel se ubicará en la intersección de la C-713 con el acceso a Inca y a la ermita de Santa Magdalena. La segunda se unirá con la actual glorieta que da servicio a las poblaciones de Búger y Campanet. Y la tercera, también a diferente nivel, servirá como primera entrada a sa Pobla y a las cuevas de Campanet. El desdoblamiento concluirá en la rotonda que distribuye el tráfico de sa Pobla, Alcúdia, Pollença e Inca. Los pasos superiores, con una distancia de 1'5 kilómetros, permitirán el acceso a las fincas afectadas por las vías de servicio.

El nuevo tramo de carretera, a partir del kilómetro 3'4 de la comarcal, está proyectado por el norte de la actual vía, que también se mantendrá en servicio. Joan Cifre explicó que esta separación de calzada «permitirá separar el tráfico local de Búger y Campanet con el de paso hacia sa Pobla. Con ello, se consigue una mayor funcionalidad. Además, se protegerá la zona de los encinares».

Cada una de las dos calzadas tendrá dos carriles de 3'5 metros por cada sentido. Los arcenes exteriores serán de 2'5 metros y los interiores de un metro. La mediana tendrá cuatro metros (incluidos los arcenes interiores). Será necesario expropiar 462.000 metros cuadrados.

Quetglas quiso precisar que el proyecto está incluido en el convenio de carreteras, pero ante la «previsible negativa de Madrid», el Govern asumirá el coste del proyecto que asciende a 22 millones de euros.