El edil Ferran Fuster, del PSM, tomó ayer posesión del cargo, en sustitución del fallecido Gustau Fernández. Foto: C. VENY

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El primer pleno de la legislatura del Ajuntament de Manacor se estrenó ayer con los primeros enfrentamientos entre el nuevo gobierno conservador de Antoni Pastor y la oposición, liderada ahora por el ex alcalde Miquel Riera. La ausencia de dedicaciones exclusivas entre los miembros del gobierno y la concesión de 10 licencias de obra por parte de Urbanismo sin antes haber pasado por la comisión informativa y únicamente por la de gobierno, centraron las críticas al equipo de gobierno. A pesar de que los delegados pasan a ocupar áreas importantes que, según la oposición, necesitan una dedicación «casi total» por su «complejidad», tanto el alcalde Antoni Pastor como el resto de regidores, sólo asumen sus cargos con dedicación parcial y cobrando un tanto por cien superior al sueldo de los responsables del anterior gobierno. Pastor, que combinará la Alcaldía con la responsabilidad de diputado, cobrará 2.284 euros mensuales. Los delegados notarán un poco más el aumento de sus sueldos y cobrarán 1.262 euros cada mes.

La renuncia a tener alguna dedicación exclusiva fue muy criticada tanto por ALM-UM, PSOE y PSM. La portavoz del grupo socialista, Mercè Amer, dijo que el grupo municipal se «tendría que reforzar y tener más dedicaciones exclusivas». Margalida Capó, del PSM, cargó contra la decisión del gobierno de Pastor: «El Ajuntament no es un hobby, si se habla de tener unos ingresos mensuales». Miquel Riera también fue contundente al criticar la concesión de diez licencias de obra sin pasar antes por comisión informativa. Antoni Pastor dijo que fue para «agilizar la tramitación y no perjudicar a los vecinos».