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La monumentalidad y la tipología inédita del poblado talayótico de s'Hospitalet Vell de Manacor vuelven a ver la luz del día. Después de casi treinta años a la sombra de toneladas de tierra, piedras y vegetación acumulada sobre el conjunto del yacimiento, las habitaciones cuadrangulares, los imponentes muros y pilares, así como el talayot con cubierta de enormes losas, ya aproximan al visitante a aquello que durante más de un milenio fue un gran asentamiento talayótico, reutilizado en época islámica y puntualmente, hasta en el siglo XVIII.

Los arqueólogos Damià Ramis y Magdalena Salas, junto a la restauradora Margalida Munar, han hecho posible que este yacimiento de la prehistoria balear pueda ser visitado. «Hemos consolidado el yacimiento basándonos en el archivo fotográfico de las excavaciones de los años setenta», comenta la arqueóloga municipal, Magdalena Salas, que ayer presentó los resultados de la campaña de este año a la delegada de Cultura de Manacor, Maria Antònia Mercant. Un equipo de jóvenes voluntarios ha trabajado en el adencentamiento del poblado, limpiando las rocas y depositando gravilla sobre el pavimento original del recinto talayótico. Esta campaña comenzó el pasado día 1.

Y es que a partir de ahora, parte del poblado ya podrá ser recorrido, aunque no será hasta el próximo año en que se colocarán los paneles explicativos. El visitante tiene ahora la posibilidad de recorrer los pasadizos y cámaras de las habitaciones que desde el 1.700 a.C. fueron ocupados por antepasados y que hasta bien entrado el siglo II a.C, no fueron abandonados, coincidiendo con la conquista romana.