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La Conselleria d'Agricultura, dirigida por el popular Tomàs Cortés, ha desmontado la recogida de alcaparras en plena temporada. Desde hace tres semanas el punto de compra de Campos permanece cerrado por falta de negociación de la Administración. El PSM, partido que en los últimos tres años ha contribuido al resurgimiento del sector tras una grave decadencia, se ha mostrado indignado «por la falta de voluntad, de interés y de gestión del Partido Popular».

Ecampaner Sebastià Coves, representante del grupo nacionalista, quiso dejar claro que «el silencio por respuesta» por parte de los conservadores, que tenían que renegociar el convenio con los ayuntamientos de Llubí y Campos, y la Societat Agrària de Transformació (SAT) Sa Llubinera, «desmonta los avances conseguidos».

En este sentido, la producción experimentaba un aumento, se había editado un recetario con la tàpera de protagonista, los precios de compra iban al alza, esta temporada había muchos collidors (sólo en Campos, 70), y se preparaba un logotipo y una marca para revalorizar el producto. De esta forma, no está garantizado tampoco que el próximo año se compre el fruto.

La SAT Sa Llubinera es la única empresa que comercializa la alcaparra y, desde el año 2000, firmaba el citado convenio de colaboración que implicaba a diferentes partes. Para no arriesgarse en exceso y quebrar (no tiene los recursos suficientes para adquirir el producto), a falta de la renegociación con la Conselleria, tuvo que cerrar el punto de compra de Campos. «Si no le aseguraban el apoyo tenía que cesar la actividad», apuntó Coves. La recogida solía alargarse hasta mediados de agosto.

Este verano, curiosamente, las tres semanas iniciales (la apertura fue el 16 de junio) se recogieron más de 4.000 kilos, casi tantos como en todo el ejercicio de 2002.

Coves lamentó «la falta de capacidad de la Administración, pasiva e ineficaz» y manifestó su decepción porque las posibilidades que planteaba el sector eran muchas y ahora se ven frustradas. Además, esta es «una fuente de ingresos de procedencia agrícola como pocas, y una seña de identidad del pueblo de Campos».

Esta campaña las tàperes petites se compraban a un precio de 5 euros el kilo, mientras que las grandes, 1,5. Los collidors cobraban al instante.