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Con el proceso de desamortización (1835), las dependencias del Convent de Sant Vicenç Ferrer de Manacor, pasan a manos del Estado. La orden de los dominicos nunca renunció a sus derechos sobre el edificio, pero no pudo impedir que durante el siglo XIX se convirtiera en colegio (1873-1896), prisión, oficina de telégrafos, sede de exposición agrícola y, desde 1.927, en dependencias administrativas del Ajuntament y de los juzgados. No es de estañar, pues, que el conjunto conventual haya quedado desdibujado, además de sufrir un proceso de degradación alarmante.

Ahora, el grupo socialista de Manacor reclama al Govern de les Illes, dotación presupuestaria para emprender una actuación integral en el conjunto conventual. El espacio que actualmente ocupan las dependencias judiciales de Manacor, probablemente, eran las habitaciones destinadas a almacén, cocina y despensa de los frailes dominicos y cuentan con elementos arquitectónicos tan importantes como las columnas y las bóvedas.

«Esta parte del inmueble conventual no cumple con los requisitos requeridos para ser utilizado como juzgados», asegura la regidora del PSOE, Júlia Roman. Por todo ello, los socialistas reclaman que las dependencias judiciales ocupen otro edificio adaptado a tal función, y se devuelva al patrimonio manacorí esta parte «tan infravalorada del Convent para que finalmente se convierta en un espacio cultural».