TW
0

Los mancorins revivieron la tradicional «baixada del corb» que se celebra en la localidad desde el año 1945 con Rasputín. El cuervo más querido y conocido en el pueblo fue el protagonista ayer del descenso del campanario de la iglesia hasta la plaza del Ajuntament con motivo de la fiesta de Sant Antoni. Pasadas las cuatro de la tarde, Rasputín bajó rápidamente a través de una cuerda hasta una pequeña casa de madera situada en la plaza donde le esperaban los niños y Sant Antoni y Sant Pau con un trozo de pan.

Una vez en tierra, fue recogido por los dos santos y los más pequeños se acercaron hasta él para verlo de cerca. Con tanto alboroto, Rasputín se puso nervioso y no quiso comer. Así fue entregado por Sant Antoni y Sant Pau a uno de sus propietarios, Manuel Alba, que intentó tranquilizarlo. Rasputín pertenece a la familia Alba Mateu y desde hace 25 años protagoniza este peculiar descenso.

Esta fiesta popular viene a recordar el pasaje bíblico en que se relata que Sant Antoni y Sant Pau estaban en el desierto hambrientos y fueron alimentados por un cuervo. Tras la llegada del cuervo a la plaza, el párroco de Mancor, Felip Díez, se encargó de bendecir las mascotas entre las que no faltaron perros, pájaros, caballos, ovejas, y otros animales. El desfile de carrozas acabó de animar la fiesta que contó con la asistencia de más de un centenar de personas.