Los nueve miembros de la plataforma Autovia No que se encontraban
encerrados en la iglesia de Costitx desde el pasado viernes por la
tarde (el décimo participante abandonó la protesta el sábado por la
noche), acabaron ayer, tras la misa del mediodía, su ayuno de 41
horas y salieron a la plaza del Jardí, donde entre 200 y 250
personas les esperaban para mostrarles su apoyo. Los manifestantes
pedían así la retirada del proyecto de autovía entre Inca y Manacor
y de las propuestas de sanción solicitadas para 14 personas por los
incidentes que se produjeron en el pleno de Costitx del pasado mes
de octubre.
Los participantes en el encierro, entre los que había seis
expedientados por la Delegación del Gobierno, explicaron que el
encierro de estos dos días lo habían llevado con tranquilidad.
«Hemos estado en una sala realizando un ayuno, sin interferir en
los actos religiosos, y queremos agradecer el gesto de la gente que
ha venido a apoyarnos hoy y de los que ayer nos pasaron la prensa y
algunas cosas», explicó uno de ellos, Lluís Bordas. Asimismo,
agradeció la visita que el sábado les realizó el vicario episcopal,
Jaume Alemany.
A la salida, entre los aplausos de los manifestantes, otro de
los participantes en el encierro, Carlos Serrano, leyó a través de
un megáfono un comunicado en el que entre otras cosas explicó que
el encierro «es una llamada de atención para pedir la retirada de
un proyecto que sólo beneficiará los bolsillos de unos pocos y
perjudicará a muchos, de momento a 14 personas por manifestarse».
También hizo una llamada a participar en la próxima manifestación
del día 14 de febrero en la plaza Espanya de Palma. Tras la lectura
del comunicado, todos los manifestantes se dirigieron hasta la
puerta del Ayuntamiento.
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