Al Ajuntament d'Alcúdia le queda un año de plazo para expropiar los
terrenos de la zona húmeda de Maristany antes de que sus
propietarios puedan exigir la expropiación forzosa. Si no se les
expropia podrían incluso dirigirse al Ajuntament para solicitar que
esta zona húmeda protegida vuelva ser considerada reserva urbana,
algo que ya ha ocurrido en otros municipios que no completaron las
expropiaciones previstas en su planeamiento urbano.
El Ajuntament recalificó en su normativa de 1995 los terrenos
incluidos en la zona húmeda de Maristany y que comprenden 25
hectáreas, de las que apenas 7 mil metros cuadrados son hoy de su
propiedad. Transcurridos diez años desde entonces, los propietarios
que aún no hayan sido expropiados pueden exigirlo por ley, según ha
confirmado la teniente de alcalde Melchora Gómez (PSOE). Esta
petición dejaría al Ajuntament en una situación económica difícil
una vez que el Govern balear ha descartado la compra y
rehabilitación de estos terrenos prevista la pasada legislatura
como uno de los proyectos estrella a financiar con la ecotasa. Ha
pasado apenas un año desde que un inmenso globo aerostático
anunciara a bombo y platillo que Maristany sería transformado en un
parque mediambiental, fruto de un convenio entre Ajuntament y
Govern balear que sería financiado íntegramente por la sociedad
Biodiversitat 21, encargada de gestionar los fondos de la
ecotasa.
El 11 de noviembre de 2002 el Ajuntament d'Alcúdia aprobó en
pleno un protocolo de colaboración con el Govern balear para hacer
realidad el proyecto. Aquel primer acuerdo no pasaba de ser una
declaración de intenciones que se debía concretar a través de
posteriores convenios que nunca llegaron y que ahora reclama el
Consistorio.
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